
Imagina perderte en las montañas de Colorado, rodeado de pinos gigantescos, aire cortante y un ejército de personajes disfrazados de hongos, marchando como si el fin del mundo estuviera a la vuelta de la esquina.
No es ciencia ficción. Esto pasa cada año en Telluride, durante el Festival de los Hongos, un evento que lleva 44 años desafiando cualquier noción tradicional de lo que un festival debería ser.

Durante cinco días intensos, el festival despliega un programa vibrante que combina el conocimiento científico con la exploración culinaria y la celebración cultural.
Las jornadas comienzan con excursiones prácticas, en las que los asistentes se adentran en los bosques circundantes, cestas en mano, para recolectar especies de hongos silvestres bajo la guía de expertos micólogos.
Estos paseos no son solo una aventura al aire libre: son auténticas clases magistrales sobre identificación de especies, hábitats, procesos de recolección y cuidado del ecosistema.

Además de las salidas al bosque, el festival ofrece talleres de cocina especializada, donde la versatilidad gastronómica de los hongos queda en evidencia. Desde platos gourmet hasta recetas tradicionales, el reino fúngico demuestra su potencial para revolucionar los sentidos.
Paralelamente, una serie de conferencias científicas permite a los participantes sumergirse en temas tan variados como el cultivo de setas, las propiedades medicinales de ciertos hongos, su papel en la regeneración ecológica e incluso investigaciones recientes sobre sus aplicaciones en la salud mental.

Pero el momento más icónico y esperado del festival llega al final: un desfile colorido y extravagante que recorre la Main Street de Telluride.
Allí, los participantes se visten con elaborados disfraces que representan toda la diversidad del mundo fúngico: desde majestuosas amanitas muscarias de rojo intenso y puntos blancos, hasta enigmáticos hongos bioluminiscentes y setas gigantes.
El ambiente se llena de música, risas y un espíritu colectivo que celebra la belleza, el misterio y la importancia ecológica de estas criaturas que han acompañado a la vida en la Tierra desde tiempos ancestrales.

Más que un simple festival, el Telluride Mushroom Festival se ha consolidado como un punto de encuentro único donde la ciencia, el arte, la gastronomía y la cultura convergen para rendir homenaje a uno de los reinos más fascinantes y menos comprendidos del planeta.
Y en una época en la que el interés por los hongos ha resurgido a nivel global —gracias a su potencial medicinal, ecológico y culinario— eventos como este no solo son una celebración, sino una ventana hacia el futuro de nuestra relación con la naturaleza.
Telluride, durante esos cinco días mágicos, nos recuerda que bajo nuestros pies se esconde un universo silencioso y vital, esperando ser explorado.