Jérémy Bonnet, francés de nacimiento, ahora radicado en Bruselas, entendió que la pista de baile no es solo para liberar energía, sino para procesar todo lo que no se dice en voz alta. Y construyó su sonido sobre eso. Su música no suena porque sí. Tiene dirección. Tiene peso. Tiene sentido.
Escucharlo es como entrar a una conversación que ya estaba en marcha. Una donde no necesitas saberlo todo para quedarte. Porque lo suyo no es solo techno rápido, es techno con una estructura emocional perfectamente calibrada. Así suene salvaje, hay diseño detrás. Nada sobra. Todo se siente.
Su paso por clubes como Intercell, Awakenings o BASIS no es solo agenda. Es territorio ganado a punta de sets que no descansan ni repiten fórmula. Y sus producciones son igual de contundentes. En How To Fake Success, Hope Reminds Me Of Her o On The Edge Of Adhesion, no hay relleno. Solo hay tracks que te agarran por el pecho y no te sueltan hasta que se acaban.
Hadone no está en una carrera por innovar todo el tiempo, pero tampoco se queda en lo cómodo. Usa breaks, vocales, atmósferas densas, líneas ácidas y grooves que revientan sin ser predecibles. Lo que tiene es una claridad brutal sobre su identidad sonora, algo que pocos logran con tanta naturalidad.
¿Quieres entender por qué tiene una fanbase tan sólida y devota? Escúchalo. No hay mucho más que explicar. Esto no es hype, es técnica, emoción y consistencia.
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