Las ballenas jorobadas son como los DJs del océano: componen canciones que pueden durar hasta 30 minutos… ¡y las repiten por horas, días o incluso semanas! Lo más increíble es que estos cantos se vuelven virales entre distintas poblaciones. Un macho empieza a cantar una melodía, otros lo imitan, y en poco tiempo, toda la comunidad está entonando el mismo hit submarino.
Lo sorprendente es que, cuando una población vecina trae una nueva canción, las ballenas abandonan la antigua y aprenden la nueva de forma colectiva, como si estuvieran cambiando de playlist. Es un fenómeno de transmisión cultural único en el reino animal, muy parecido a cómo los humanos siguen modas musicales.
Aunque estos cantos no son un lenguaje como el nuestro (no tienen significado semántico), siguen patrones similares a los del habla humana, como la ley de Zipf y la ley de Menzerath, que regulan la frecuencia y estructura de los sonidos.
Todo esto fue analizado y confirmado por un estudio reciente publicado en Scientific Reports, donde los investigadores concluyen que la complejidad y evolución de los cantos de las ballenas jorobadas es un fenómeno cultural que no tiene paralelo fuera del ser humano.
