En Medellín, una investigación de más de diez meses permitió desmantelar una red que explotaba bebés y niños en las calles de El Poblado, Provenza y el Parque Lleras para obtener millonarias ganancias a través de la mendicidad. Según las autoridades, los capturados lograban recaudar hasta $180 millones mensuales, camuflando la explotación infantil como supuestas necesidades básicas, como leche, pañales o alimentos, que luego eran revendidos en el mercado clandestino.
La operación conjunta de la Policía, la Fiscalía y la Secretaría de Seguridad dejó siete capturas: seis mujeres y un hombre, todos entre los 25 y 43 años. La mayoría de los menores explotados pertenecían a la comunidad indígena Emberá Katío, incluyendo bebés de semanas de nacidos y un niño de cinco años. Las autoridades señalaron que varios de ellos ya habían sido víctimas de explotación en el pasado, lo que evidenció la reincidencia de este delito.
El secretario de Seguridad de Medellín, Manuel Villa Mejía, advirtió que no habrá tolerancia frente a estas prácticas y destacó que el operativo fue un golpe contundente al crimen organizado. Los detenidos quedaron a disposición de la Fiscalía y podrían enfrentar cargos por explotación de menores y concierto para delinquir, delitos que contemplan penas de hasta ocho años de prisión.
