
En la búsqueda de tratamientos contra el cáncer más seguros y menos agresivos que la quimioterapia o la radioterapia, un grupo de científicos de la Universidad de Texas en Austin y la Universidad de Oporto lograron un avance prometedor. Desarrollaron un material capaz de transformar la luz infrarroja en calor con gran eficiencia, abriendo el camino hacia terapias más precisas y accesibles. Estas nanoláminas de óxido de estaño (SnOx), obtenidas a partir de un proceso electroquímico con sulfuro de estaño, podrían permitir atacar células tumorales sin dañar los tejidos sanos, una meta que durante décadas ha sido el santo grial de la oncología moderna.
En lugar de costosos rayos láser, los investigadores emplearon luces LED infrarrojas, similares a las que se usan en dispositivos domésticos. En pruebas de laboratorio, estas nanoláminas lograron eliminar hasta el 92% de las células de cáncer de piel y el 50% de las de cáncer colorrectal en solo 30 minutos, sin causar daños a las células sanas. Según los científicos, su estructura especial permite absorber la luz y convertirla en calor de forma muy localizada, lo que evita efectos secundarios graves.

Los investigadores incluso imaginan que algún día podría usarse desde casa, mediante dispositivos portátiles que eliminen restos de células cancerosas después de una cirugía. “Queremos que esta tecnología esté al alcance de todos, con menos efectos secundarios y un costo menor”, explicó Artur Pinto, de la Universidad de Oporto.





