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Dinamarca Acelera La introducción Del Servicio Militar Obligatorio Para Mujeres.

Dinamarca acaba de romper el molde. En un giro que pocos vieron venir —y que muchos aún no logran digerir—, el gobierno danés ha decidido adelantar un año el reclutamiento militar obligatorio para mujeres. Lo que estaba planeado para 2027, ahora se hará realidad en 2026. Las mujeres danesas no solo serán llamadas, sino obligadas a ponerse el uniforme, entrenar en combate y servir a las Fuerzas Armadas, tal como lo hacen los hombres. ¿La razón? Una mezcla de tensiones geopolíticas, necesidad de fortalecer la defensa nacional y un nuevo consenso político que desató un terremoto social.

Esta movida, anunciada por el ministro de Defensa, Troels Lund Poulsen, fue posible gracias a un cambio de postura clave: la Alianza Liberal, uno de los dos partidos que se oponían al reclutamiento femenino obligatorio, finalmente se bajó del muro. Ahora dicen que la situación actual exige decisiones firmes, y que es hora de que hombres y mujeres respondan por igual al llamado del deber. La otra fuerza opositora, los Demócratas de Dinamarca, siguen firmes en su rechazo, alegando que no han escuchado ni un solo argumento técnico sólido que justifique esta medida. Pero ya es tarde. El veto cayó, el reloj corre, y el uniforme espera.

La narrativa oficial habla de “igualdad” y “ampliar la base de reclutamiento”. Pero bajo el lenguaje diplomático hay una verdad cruda: la defensa nacional ya no se puede sostener solo con voluntarios.

El fenómeno no es exclusivo de Dinamarca. Noruega fue pionera al implementar el reclutamiento universal en 2015. Suecia lo hizo en 2018 tras reactivar su conscripción, que había sido eliminada en 2010. Hoy, en ambos países, hombres y mujeres mayores de 18 años son convocados sin distinción. En Israel, las mujeres han sido obligadas a servir desde 1949. En Corea del Norte, lo hacen desde los 17 años, y el servicio puede durar varios años dependiendo del nivel educativo.

En Eritrea, hombres y mujeres hacen servicio durante al menos 16 meses. Lo mismo sucede en países africanos como Mozambique, Mali o Guinea-Bissau. En Asia, China también contempla el reclutamiento obligatorio para mujeres de 18 a 19 años con ciertos perfiles académicos. Y si bien en lugares como Países Bajos, Portugal o Alemania el reclutamiento está suspendido, la infraestructura legal sigue ahí… lista para activarse si es necesario.

La tendencia es clara: cada vez más gobiernos ven en las mujeres una fuerza estratégica clave para la defensa nacional. El argumento es simple: si queremos ejércitos fuertes, modernos y representativos, no podemos darnos el lujo de excluir a la mitad de la población. En Dinamarca, por ejemplo, el 25% de los reclutas voluntarios actuales ya son mujeres. Pero con el nuevo esquema obligatorio, esa cifra se disparará. Se espera reclutar a unas 7.500 personas al año, una meta muy superior a los 4.700 alistados de forma voluntaria en 2023.

Las críticas, por supuesto, no se han hecho esperar. Hay quienes ven en esta decisión una amenaza a la libertad individual, un retroceso en la autonomía de las mujeres. Otros creen que forzar a las mujeres a entrenarse para la guerra no es el camino hacia la igualdad, sino una imposición peligrosa en un mundo cada vez más militarizado. Pero para el gobierno danés, la prioridad es clara: ante la creciente inestabilidad global, la defensa nacional no puede depender de voluntarios ni de ideologías. Tiene que ser sólida, estratégica y equitativa.

Así, mientras miles de jóvenes danesas se preparan para un futuro que ahora incluye camuflaje, disciplina militar y ejercicios tácticos, el resto del mundo observa. ¿Será Dinamarca el espejo de lo que está por venir? ¿Es este el inicio de una nueva era donde la igualdad de género se mide también en trincheras y cuarteles?

Una cosa es segura: el uniforme ya no distingue entre sexos. La guerra, al parecer, tampoco.

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