China ha presentado un minidron espía del tamaño de un mosquito, desarrollado por la Universidad Nacional de Tecnología de Defensa (NUDT), pensado para misiones secretas de reconocimiento e inteligencia en contextos militares. Inspirado en la forma y el movimiento de insectos reales, este diminuto robot biónico cuenta con alas similares a plumas, patas delgadas y un cuerpo casi imperceptible, lo que lo hace ideal para infiltrarse sin ser detectado.
El prototipo fue presentado públicamente a través del canal estatal CCTV7 por el investigador Liang Hexiang, quien destacó su utilidad en el campo de batalla y su capacidad de ser controlado incluso desde un teléfono inteligente. Su creación supone un gran reto técnico, ya que debe integrar en un espacio mínimo componentes como cámaras, micrófonos, fuente de energía y sensores, todo sin perder robustez ni autonomía. Aunque el uso militar de nanodrones ha sido una aspiración global durante años, sorprende que el ejército chino haya mostrado abiertamente estos avances, especialmente porque el dispositivo recuerda al “RoboBee”, un proyecto de Harvard originalmente diseñado para fines ambientales, aunque la versión china es más pequeña y con una intención claramente bélica. Este desarrollo confirma la creciente competencia mundial por dominar la tecnología de drones ultracompactos y su potencial en operaciones de inteligencia encubierta.
