Continúan los debuts estelares en el Festival de la Libertad pues las nuevas vibras y las ideas innovadoras son las que nutren de creatividad a los sonidos multigénero de nuestra pista de baile diversa. Hoy conversamos con Lea Node quien habló sobre su historia en la escena, sus percepciones acerca de temas de actualidad, algunos avances sobre lo que viene en sus proyectos y mucho más.
¡Hola Lea, es todo un placer poder intercambiar ideas contigo!
- Ya cumples 10 años compartiendo con la escena electrónica de Colombia. Cuéntales a aquellos ravers que aún no te referencian: ¿Quién es Lea Node, cómo conoce el mundo electrónico y qué es eso que la ha mantenido con motivación?
Lea Node es DJ, productora, cantante, compositora, pianista, percusionista… y también médica. Pero he sido música toda mi vida, y la música ha sido mi lenguaje desde que tengo memoria. Para mí no es un pasatiempo, es una forma de existir.
Aunque soy música de toda la vida, desde hace 14 años comencé a recorrer la escena electrónica en Colombia como raver. Luego, hace 10 años, empecé como DJ, y desde entonces no he dejado de explorarla, aprender de ella y crecer dentro de ella. A lo largo del camino he tocado distintos géneros – porque me gusta entender la música desde todos sus ángulos, pero el techno es donde siento que puedo habitar mi verdad con más fuerza. Antes tocaba hardtechno, por eso tal vez muchos no me habían visto, estaba en otra parte de la escena desarrollándome, y hace unos 3 o 4 años me pasé del todo al techno.
Tener la oportunidad de celebrar este recorrido tocando en Freedom, un festival que ha sido un sueño para mí, es una especie de regalo del universo. Mi set es techno, sí, pero siempre viene cargado de matices, contrastes y emociones. Así como yo.
Actualmente estoy trabajando en perfeccionar mi set a 4 decks en solitario, y en otros proyectos en conjunto. Me mueve la idea de seguir explorando el techno desde lo técnico y lo emocional, de seguir desafiándome y creciendo como artista. Dejar huella en la escena y mantenerme es mi motivación. Cumplir mi sueño de hacer live también lo es.

- Aprovechando que eres de Manizales, pero que has desarrollado tu carrera en la capital colombiana ¿Qué pueden hacer las ciudades emergentes para que continúen sus escenas en auge?
Tengo emociones divididas frente a la escena de Bogotá, porque he vivido tres generaciones de DJs y he visto cómo ha cambiado todo. Primero fui raver, luego comencé como DJ, y ahora ya llevo un buen recorrido dentro de la industria. Hoy estamos en un boom: las fiestas son masivas, el país vibra con el techno, y eso es hermoso. Pero, como en todo movimiento grande, trae muchas cosas que hacen que la música pierda el sentido y se prioricen otras cosas.
Algo que sí amo profundamente de Bogotá es su versatilidad. Hay espacio para todo y para todos. Desde fiestas súper underground hasta producciones gigantes, y públicos muy distintos entre sí. Creo que ese ha sido uno de los grandes factores del crecimiento de la escena aquí: la variedad, lo diverso, lo abierto.
Ahora bien, construir una escena sólida va mucho más allá de llenar pistas. Para mí, Medellín, Cali – en términos culturales – tienen una escena fuerte, desde el público hasta la forma de producir los eventos. Bogotá es la ciudad de la furia, y la amo porque me ha dado todas las oportunidades, pero aquí todavía hay eventos que no cuidan los detalles ni la experiencia del asistente. Otros, en cambio, me hacen quitarme el sombrero. En Bogotá se está gestando el cambio, y eso ha contribuido a su crecimiento. Por eso digo que tengo emociones divididas.
Y creo que ahí está la clave: hacer escena es cuidar la calidad, formar público y tratar a la gente como lo más importante. Porque ellos son la base de todo esto. A mí me tocó aprender sola: nadie me dijo “esto es hardtechno” o “esto es industrial”. Preguntar era casi tabú, como si no saber te hiciera menos. Y eso tiene que cambiar. Tenemos que enseñar, construir desde adentro, no solo vender entradas. Una escena sólida se forma cuando el público también se siente parte del proceso y sabe lo que está escuchando. Y en Bogotá hay varios colectivos o marcas logrando eso, pero aún no está del todo. En la mayoría no, falta mucha unión también. Pero bueno, pienso que eso es clave para las ciudades que están empezando.

- Tienes conocimiento en piano, canto, composición musical y además pasaste por la academia de DJs. ¿Por qué es importante que los DJs nacionales se formen? ¿Por qué es pertinente ver esta labor con ojos más profesionales y no tan empíricamente? Si, sabemos que esto es un movimiento que nace desde la pasión, pero muchas veces llegan Djs que no tienen cierto saber técnico en situaciones que se les presenta en el escenario.
Uf, tengo tanto por decir de esto jaja. Lo primero – y lo digo con respeto total al camino de cada artista es que estudiar no te hace ni más áspero ni mejor que otro que no lo haya hecho. Esto nace desde la pasión, y todos los que trabajamos desde ahí valemos. Pero sí creo que es muy importante tomarse este camino tan en serio como para querer crecer, aprender y retarse todo el tiempo, con el fin de ofrecer algo de calidad, recuerden el público es lo más importante.
He visto artistas súper tesos que se estancaron porque se confiaron solo en el talento. Y el talento es una bendición, sí… pero sin disciplina no vas tan lejos como podrías. La disciplina es lo que te impulsa a romper tus propios límites. A mí, por ejemplo, cuando empecé a producir, me ayudó muchísimo tener una base musical: ya sabía teoría, entonces el lenguaje estaba ahí, era más fluido. Y eso se refleja en cómo produzco y también en cómo mezclo. Aunque claro, como productora aún me falta mucho para llegar a ser quien quiero ser, y lo tengo clarísimo, pero en eso estoy: en el aprendizaje constante.
También siento que hay una responsabilidad con el público. La propuesta que uno lleva a un set importa. No se trata solo de tocar lo que ya han tocado 33 DJs antes, ni de repetir el mismo set en todos lados. Para mí, proponer música, arriesgarse, construir atmósferas, leer el lugar – es una forma de respeto hacia quienes te están escuchando. Y eso también se estudia, se ensaya, se prepara.
Hay DJs que ni ensayan, o incluso, hay DJs que ni siquiera tocan en vivo jaja. Una vez toqué en un club muy conocido de Bogotá donde trajeron un internacional que puso un set pregrabado… sin audífonos ni nada. Me dio risa, pero también tristeza, porque eso refleja cómo a veces se prioriza más la imagen o las redes que la música en sí. Y eso, en el fondo, tiene que ver con falta de profesionalismo. Por eso sí creo que es importante formarse, aprender, prepararse.
Y bueno, los promotores también tienen un papel clave. Para algunos esto es solo negocio; para otros, es cultura. A veces se bookea sin saber realmente qué toca la persona, solo porque está pegada en redes o tiene ciertos contactos. Eso puede llevar a subestimar lo que significa preparar un set para un venue específico. Si todos, artistas, promotores, público empezamos a exigir más contenido, más propuesta, más calidad y respeto por la música, creo que la escena puede crecer mucho más. Volverse más profesional, más consciente. Pero para eso, todos tenemos que asumir nuestro papel. Y no todo el mundo está comprometido con eso.
- En tu camino como DJ notamos cierta transición de los sonidos hard a un concepto más hipnótico y envolvente. ¿A qué se debe esto? ¿Y cuál es tu opinión sobre el auge a la inversa, es decir, la proliferación de beats rápidos, repetitivos y en ocasiones (lastimosamente) sin soul ni feeling?
Esta pregunta me toca fibras profundas, porque justamente fue esa falta de soul y de feeling lo que me fue alejando de esa parte de la escena. Aunque desde que empecé siempre toqué distintos géneros: techno, deep techno, tech house, en otra época también toqué industrial, hardtekk, hardcore… pero mi primer amor y el oficial fue el hardtechno, y duramos hartos años de relación. La escena de hard en la que crecí no tenía nada de vacía: al contrario, era pasión, comunidad, conexión.
Bogotá tuvo momentos increíbles con clubes como Klan 31 y Klan Club (2012-2019), que fueron pilares de esa escena underground donde se respiraba amor por la música. Los artistas, el público, los bookings… todo se sentía auténtico. Pero con el tiempo, muchas rivalidades, nuevos promotores y cambios hicieron que esa escena se transformara. Se volvió más comercial – y no lo digo como algo negativo por sí solo -, sino en el sentido de que muchas veces se empezó a priorizar llenar y hacer dinero por encima de cuidar el contenido, la calidad o la propuesta.



Y eso me desconectó. Empecé a notar que ya no sentía lo mismo. Que algunos DJs no sabían realmente qué estaban tocando, que la música empezó a girar en torno a tendencias vacías, y que se volvía más importante viralizarse que conectar. Yo a eso le llamo, con cariño, el “Techno TikTok”. Y aunque respeto esa ola, los artistas y todo lo que trajo en términos de visibilidad, siento que bajó mucho el nivel de producción y de intención. Muchos productores de hardtechno que yo seguía dejaron de crear o cambiaron radicalmente su sonido. No está mal – no critico cómo cada quien quiera desarrollarse -, solo que, personalmente, ya no conecto con esa dirección.
Siempre dije: el día que deje de sentir, dejo de tocar. Y eso me pasó con el hard. Dejé de sentirlo. Pero al mismo tiempo, el techno más mental, más hipnótico, más introspectivo empezó a resonar con partes muy profundas de mí. Fue una transición natural, que se gestó incluso antes de dejar de tocar hardtechno hablamos de 2019 y yo empecé en 2015. Tomé la decisión de empezar de cero: dejar de ser LEA, la DJ de hardtechno, para convertirme en LEA NODE, la DJ de techno. Y no fue fácil -recibí cualquier cantidad de críticas-. Implicó volver a crear público, redefinir mi sonido, encontrar nuevos espacios. Incluso, en una época, Meta cerró todas mis redes (Instagram, Facebook, Fan Page) y perdí trabajo de años. Empecé de cero en todo sentido. Pero esta es la versión más auténtica de mí misma.
Y en ese proceso, encontrar el Freedom Festival fue una confirmación divina. El Freedom me cambió la vida. Me inspiró, me reafirmó, me convenció de que ese cambio que ya se había gestado dentro de mí era el camino correcto. Por eso, para mí, esta fecha es muy especial.
- Por último: ¿en qué andas en estos momentos? ¿Cuáles son tus proyectos artísticos y qué nos quieres adelantar de tu presentación en el Freedom Festival?
La versión que quiero mostrarles ahí es la más auténtica de mí: sentimental, hipnótica, pero también contundente. Mi set será a 4 decks… y eso es todo lo que les voy a adelantar jaja. Lo que sí les puedo decir es que estoy muy emocionada, porque en este espacio puedo ser tan introspectiva o tan emocional como quiera. Es Freedom, literalmente libertad.
A veces, en Bogotá, siento que hay ciertos límites, porque -no nos digamos mentiras- la ciudad ahora está muy volcada hacia lo hard o lo groovie. La escena techno está agarrando mucha fuerza, y de a pocos me les he ido metiendo por los ojos jaja. Pero eso hace que no siempre pueda mostrar todos mis matices. En Freedom siento que puedo fluir desde otro lugar, más conectado con lo profundo.
En cuanto a mis proyectos, vengo trabajando en dos ideas grandes: una propuesta a 6 unidades y otra a vinilo puro, ambos junto a b444dlove, una DJ que está rompiendo en Bogotá y con quien comparto una visión musical muy especial y parecida, gran amiga. Propuestas que, claramente, quiero traer a Freedom, si el universo lo permiten jaja
También se viene música nueva. Paré un tiempo de lanzar porque sentía que necesitaba llevar mi sonido al siguiente nivel. Ahora estoy preparando un álbum que celebra mis 10 años como DJ. Estoy enfocada en que tenga una narrativa real, que cuente quién soy y por qué sigo aquí. Así que pronto vienen releases muy especiales.
Entrevista realizada por Daniel Tamayo Mendoza