
Científicos en China lograron crear un hongo que sabe a carne, tiene más proteína y contamina muchísimo menos. Usando CRISPR, modificaron su estructura sin añadir ADN extraño y consiguieron que creciera más rápido, usara menos azúcar y fuera mucho más fácil de digerir. El resultado: una micoproteína llamada FCPD que reduce hasta un 60% las emisiones durante su producción.
Este avance llega en un momento clave, cuando la ganadería sigue ocupando tierras, gastando agua y generando el 14% de los gases de efecto invernadero. Según los investigadores, este hongo necesita 70% menos tierra que el pollo y reduce casi 80% el riesgo de contaminación del agua. Una señal clara de que las proteínas del futuro podrían venir de laboratorios… y no de animales.


