
Apple está evaluando una decisión que podría transformar el futuro de Siri. La compañía mantiene conversaciones con Google para explorar la posibilidad de que Gemini, su sistema de inteligencia artificial, sea la base de una versión renovada del asistente de voz. Aunque se trata de un acercamiento inicial y sin compromisos definitivos, esta opción marcaría un cambio importante en la estrategia de Apple, que hasta ahora ha buscado mantener el control de sus tecnologías clave. El objetivo es crear un modelo personalizado que permita que Siri evolucione y se acerque a la potencia de otros asistentes que ya dominan el mercado.
Este movimiento llega después de retrasos significativos en la actualización de Siri, que prometía ofrecer interacciones más fluidas y personalizadas mediante el uso de datos contextuales. Apple había planeado lanzar esas mejoras meses atrás, pero problemas de ingeniería obligaron a aplazarlo. Como consecuencia, el proyecto cambió de manos: dejó de estar bajo la dirección del jefe de IA John Giannandrea y pasó a Craig Federighi y Mike Rockwell, quienes ahora contemplan recurrir a socios externos como un camino viable para revitalizar el asistente.

Las discusiones con Google no son la única vía que Apple explora. En los últimos meses también se ha reunido con OpenAI y Anthropic para considerar si ChatGPT o Claude podrían servir como el “cerebro” de Siri. La compañía incluso desarrolla en paralelo dos versiones internas: una basada en sus propios modelos y otra que se apoya en tecnología de terceros. Esta competencia interna refleja la urgencia de encontrar una solución que le permita recuperar terreno en la carrera de la inteligencia artificial generativa, donde Apple llegó tarde y ha tenido dificultades para ganar relevancia.
Aunque todavía no hay una decisión tomada, el hecho de que Apple contemple integrar la IA de un rival directo muestra la magnitud del desafío que enfrenta. La compañía se encuentra bajo presión: sus competidores avanzan rápido, sus equipos de IA han sufrido deserciones y el retraso de Siri ha puesto en evidencia sus debilidades. Tim Cook, sin embargo, mantiene un discurso optimista: asegura que Apple rara vez es la primera en llegar a un mercado, pero cuando lo hace, logra ofrecer un producto superior. El desenlace de estas conversaciones definirá si esa promesa puede cumplirse en el terreno de la inteligencia artificial.