Miles de personas salieron a las calles de Tel Aviv en la que ha sido descrita como la mayor protesta registrada en la ciudad hasta la fecha. La multitud exigió el fin de la guerra, la erradicación del hambre, la liberación de los cautivos y la destitución del actual gobierno.
La manifestación, que se extendió por varias avenidas principales, estuvo marcada por antorchas, pancartas y cánticos que pedían cambios inmediatos en las políticas del país. Testigos reportaron un ambiente de tensión pero también de determinación, mientras la convocatoria crecía con la llegada de más participantes.
Aunque hasta el momento no se han reportado incidentes graves, las autoridades mantienen un fuerte despliegue de seguridad para prevenir disturbios y garantizar el orden público. La magnitud de la protesta refleja un creciente descontento social y una presión cada vez más fuerte sobre el liderazgo político, en un contexto de crisis que combina conflictos armados, problemas económicos y demandas humanitarias.
Este acto masivo podría marcar un punto de inflexión en el escenario político del país, dependiendo de cómo responda el gobierno a las demandas de la población en los próximos días.
