
Un informe reciente, basado en investigaciones en neurociencia, alerta sobre los posibles efectos del consumo excesivo de contenido en formato corto, como TikTok, Instagram Reels o YouTube Shorts. Según los hallazgos, este hábito podría afectar la función cerebral hasta cinco veces más que el consumo moderado de alcohol, especialmente en áreas relacionadas con la atención, la memoria y el control de los impulsos.
Los especialistas señalan que este tipo de contenido está diseñado para generar picos rápidos de dopamina, lo que provoca que el cerebro busque de manera constante nuevas dosis de estimulación. Con el tiempo, esta dinámica podría disminuir la capacidad de concentración en actividades que no ofrezcan gratificación inmediata, como la lectura, el estudio o el trabajo.
A diferencia de los efectos pasajeros de una resaca, advierten que este tipo de cambios en el cerebro pueden tener consecuencias más duraderas, ya que implican una modificación en los patrones de comportamiento y atención.
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